Fue ver el encabezado de Dexter y entrarme unas ganas increíbles de empezar a ver esta serie. Dicho y hecho. Los capítulos han ido pasando por delante de mis ojos, uno tras otro, y, en poco tiempo, ya he visto las 4 temporadas que hay rodadas.
Dexter es un forense experto en sangre del departamento de policía de Miami. Se lleva bien con sus compañeros, con su hermana, con su novia… Pero oculta un secreto que nadie sabe: Dexter es un asesino en serie. Desde pequeño, nuestro protagonista tiene la necesidad de matar, pero su padre adoptivo, el oficial de policía Harry Morgan, le educa para que use su instinto con fines provechosos: debe matar sólo a las personas que se lo merecen, personas que infringen la ley.
Así pues, Dexter no es un asesino como los otros. Sigue al pie de la letra el código que su padrastro le enseñó, tomándose cada asesinato como un auténtico ritual, una ceremonia. Todo ello sin apenas remordimientos. Dexter es una persona fría, ordenada y meticulosa con todo lo que hace. Un personaje más que interesante, sobretodo valorando la evolución que hace a lo largo de las 4 temporadas.
Es el propio Dexter el que nos cuenta la historia en primera persona, con una voz en off que nos va explicando sentimientos más profundos, sus pensamientos y motivaciones, de manera que entendemos lo que hace y porque lo hace, y es aquí cuando, de repente, uno se encuentra encariñado con un asesino en serie de los pies a la cabeza.
Y por último, comentar el fantástico, brillante e inesperado final de la 4ª temporada, que me ha dejado a mí, y, estoy convencida, a todo el que lo haya visto, con la boca más que abierta. Para no desvelar secretos, sólo diré que es simplemente genial.
Espero ansiosa la 5ª temporada. Mientras tanto…
Michael C. Hall en el Hormiguero
Michael C. Hall en el Hormiguero II
S.
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