Artículo de Antoni Bassas: 'Más que un sueño americano'

ANTONI Bassas CORRESPONSAL DE TV-3 EN washington

Hasta hoy, la entrada enciclopédica de Barack Obama solo tenía una línea: primer presidente negro. Desde ahora, ya serán dos: reformó el sistema sanitario.

Hoy, cuando el presidente firme la reforma y la convierta en ley, deberemos preguntarnos por qué este personaje improbable ha conseguido lo que algunos de sus más conspicuos antecesores del siglo XX no pudieron lograr.

Parte de la respuesta está en sus propias renuncias: la ley ha acabado por no contener una opción pública de salud. EEUU sigue siendo el único país desarrollado del mundo que no da una cobertura sanitaria universal a su población.

Pero ahora, casi, y este casi es la historia en mayúsculas, porque a partir de hoy la vida de la clase media estadounidense será menos dura. La firma de hoy no habría sido posible sin la oleada de cambio cívico que Obama generó en noviembre del 2008. ¿De dónde salió toda aquella fuerza?

El sábado pasado, Obama fue al Capitolio a pedir un último esfuerzo a los congresistas demócratas, y habló en un tono inusualmente personal entre políticos. Les dijo: «A veces pienso en cómo ocurrió que entrara en la política, porque no me veía haciendo de político cuando salí de la universidad y trabajaba en parroquias católicas y en las barriadas de Chicago. Entonces era escéptico sobre los políticos, igual que los estadounidenses lo son ahora sobre nosotros. Pero me di cuenta de que si no era capaz de ser honesto con aquello en lo que creía, el sistema no cambiaría». El domingo por la noche pudo decir a los estadounidenses: «Ya lo veis, esta es la cara del cambio’».

Miles de contrarios a la ley habían gritado durante todo el domingo a las puertas del Capitolio: «In November, we’ll remember». No sé quién se acordará de qué en noviembre, cuando vengan las elecciones legislativas de mediados de mandato, pero Obama ha tomado la delantera. Una delantera histórica.